Enjoy the third story from Brittany Komm, Senior Viticulturist for Precept Wine.
“I wouldn’t be half the vineyard manager I am today if it wasn’t for the crews I am lucky enough to work with every day.”
Summer has finally arrived, and we can finally get this vintage rolling! Instead of writing about what we have been up to all of June I am going to change gears a little bit and write about the faces behind the wine. Those that are often treated as invisible in this industry and very rarely acknowledged (until now). These people are the reason why the Breaking Ground program was launched. They are literally the people that have their hands in the dirt and in the vines for as many months out of the year as Mother Nature will allow. These are the people that regardless of weather conditions and temperature (we follow all L&I laws when it comes to working conditions) are in the vineyards working hard to support their families and help create those Washington wines we have all come to love and enjoy. These are our vineyard crews; they are the heartbeat of our industry. Let’s be honest, without these hardworking men and women wine would not be what it is today. Yes, machines can do a lot in our industry these days, but there are still a lot of tasks that can only be done by the hands of these fine folks.
I was chatting with a very wise and humble winemaker (Jon Z.) a couple of years back and he was telling me what a good job I was doing at managing the high end lots he receives. I was honored but told him I am not the one that deserves the credit or the thanks; that compliment needs to go to the crews. He looked me straight in the eyes and said, “Let me tell you something. You are wise and humble beyond your years young lady, and you will go on to make a name for yourself in this industry if you choose to keep at it; but you need to realize that yes, you do deserve that compliment and here is why. Every orchestra has a conductor, every team has a coach. These vineyard crews are your orchestra/team, and you are the conductor/coach. They rely upon you for teaching, coaching, and directing.” My direct response was yes, but no one comes to the symphony to watch the conductor or goes to a game to watch the coach; they go to watch the orchestra or the team play; they are the true stars of the show!
I will be the first to admit, I wouldn’t be half the vineyard manager I am today if it wasn’t for the crews I am lucky enough to work with every day. I love spending time with them and working with them in the blocks. I enjoy putting our heads together to come up with creative ways to get through tasks more efficiently without compromising quality. I am truly lucky to have crews that not only I can trust, but they trust me back. We have all formed great working relationships; they teach me, and I teach them. It makes the days much more rewarding.
These vineyard crews are the stars of show, except nobody ever goes to see them. These men and women are behind every bottle of Washington wine you enjoy; that wine is their music. So next time you pop the cork or twist open a bottle of your favorite Washington wine, be sure to thank the hardworking men and women of the vineyards by giving them a cheers!
Traducido por David Rodriguez.
“No sería ni la mitad de la gerente de viñedos que soy ahora si no fuera por las cuadrillas de trabajadores con los que soy afortunada de trabajar todos los días.”
El verano ha finalmente llegado, y podemos empezar a darle vueltas a la añada. En lugar de escribir sobre lo que ha pasado en este mes de junio, voy a cambiar de ruta un poco y voy a escribir sobre las caras detrás del vino. Ellos que muchas veces son tratados como invisibles en esta industria y son, en pocas ocasiones, mencionados (hasta ahora). Ellos son la razón por la cual el programa Breaking Ground se lanzó. Ellos son literalmente las personas que tienen sus manos en la tierra y en las vides por cuantos meses la madre naturaleza permita. Ellos son la gente que sin preocuparse por las condiciones climáticas y temperatura (mantenemos en regla todos los mandatos de Labor e Industria cuándo se habla de las condiciones de trabajo) están en los viñedos trabajando duro para apoyar a sus familias y ayudar a crear esos vinos de Washington que tanto amamos y disfrutamos. Ellos son nuestra cuadrilla de viñedos; son el latir de la industria. Seamos honestos, sin ellos el vino no sería lo que es hoy. Sí, las máquinas pueden hacer muchísimo en estos días, pero aun hay muchos trabajos que solo se pueden llevar a cabo por las manos de esta gente maravillosa.
Estaba platicando con un enólogo muy inteligente y humilde (Jon Z.) hace un par de años y me comentaba sobre el excelente trabajo que estaba haciendo llevando la gerencia de los lotes de alta gama que él recibe. Me sentí honrada pero le dije que yo no era la única que merecía el crédito o el agradecimiento. Ese galardón tenía que ir a la cuadrilla. Me miró a los ojos y me dijo: “Déjame te digo una cosa. Tú eres inteligente y humilde más allá de tus años joven, e irás a hacerte un nombre en esta industria si decides mantenerte en esto; pero tienes que aceptar que te mereces este cumplido también y aquí te explico porque. Cada orquesta precisa de un conductor, cada equipo tiene a un entrenador. Estas cuadrillas son tu equipo u orquesta, y tú eres el entrenador o conductor. Ellos recaen en ti para aprender, dirigirlos.” Mi respuesta fue, sí, pero nadie viene la orquesta a ver al conductor o va a un partido a ver al entrenador; van a ver a la orquesta o al equipo jugar; ellos son las estrellas del evento!
Yo seré la primera en admitir, yo no sería ni la mitad de la gerente del viñedo que ahora soy si no fuera por las cuadrillas. Soy tan afortunada de trabajar día a día con ellos. Amo pasar tiempo con ellos y trabajar con ellos en los bloques. Me encanta ponernos a hacer lluvias de ideas para llevar a cabo los trabajos de una mejor manera y más eficiente sin comprometer la calidad. Soy verdaderamente afortunada de tener cuadrillas que no solo puedo confiar, pero que pueden confiar en mi de igual manera. Hemos formado todos una gran relación de trabajo, ellos me enseñan, y yo les enseño. Hacen que los días sean mejores.
Estas cuadrillas de viñedos son las estrellas del evento, sin embargo nadie va a verlos. Estos hombres y mujeres están detrás de cada botella de vino de Washington que ustedes disfrutan. Ese vino es su música. Así que la próxima vez que abran una botella de vino, agradezcan a los hombre y mujeres de los viñedos diciendo: Salud!
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